jueves, 29 de abril de 2010

Y ahora dicen que Goebbels tenía sentimientos


El escritor ruso del s. XIX, Fiódor Dostoyevski, es uno de los mejores y más influyentes escritores junto a William Shakespeare, Dante, Homero, Cervantes...

Sus obras exploran la psicología humana en el contexto político y social de la Rusia del siglo XIX. Tratan de la pobreza, la justicia social, las relaciones amorosas...


Parece increíble que Dostoyevski, con las preocupaciones y temas que trataba en sus obras, fuera el escritor preferido de Goebbels, la mano derecha de Hitler.

Goebbels, el manipulador, el mentiroso, el de una crueldad sin límites, apreciaba la buena lieratura y era un aficionado del arte.
Goebbels y sus seis hijos.
Gracias a un artículo publicado hoy en "Público" (http://www.publico.es/culturas/308471/goebbels/mano/derecha/hitler/amo/judia), hemos podido saber que este personaje está lleno de contradicciones:

Goebbels escribía un diario íntimo y en él plasmaba todas sus pasiones y miedos (sí, parece ser que también los tenía). Él, el dirigente nazi que llevó su odio hacia la raza judía hasta el extremo del exterminio, estuvo enamorado, paradojas de la vida, de una judía. Se llamaba Else Janke y su madre era judía. Cuando Goebbels se enteró, escribió en su diario "Una raza bastarda será estéril y debe morir. ¡¡¡No puedo ayudarlos!!!" (por la familia de Else). Y a continuación: "Te amo más de lo que nunca pudiera haber imaginado". Tardó tres años en cortar con ella porque él estaba verdaderamente enamorado de una medio judía. Obviamente, sus compañeros nazis no sabían nada.


Años después se casó con Magda Ritschel, que estaba divorciada y tenía un hijo de su anterior matrimonio con el multimillonario Günter Quandt. Goebbels, Magda y sus seis hijos fueron considerados como modelo ideal da familia aria nazi. En 1945, cuando cayó el régimen nazi, mataron a sus seis hijos con cápuslas de cianuro y después se suicidaron.
Cuando Traudl Junge, una de las secretarias personales de Hitler, le preguntó el porque de su decisión Magda respondió:
"Es mejor que mis hijos mueran a que vivan en la vergüenza y el oprobio. Nuestros hijos no tienen sitio en una Alemania como la que habrá después de la guerra".
Sí, señor...eso sí que son buenos sentimientos. No sé a vosotros, pero a mi toda esta historia me da que pensar...

miércoles, 28 de abril de 2010

La vida de los otros


Un gusto para la vista puede ser “La vida de los otros”, de Florian Henckel-Donnersmarck , una película del año 2006 que trata del espionaje en la República Democrática Alemana a manos de la Stasi, la policía secreta. El actor Ulrich Mühe interpreta a un capitán de la Stasi que debe espiar a una pareja de artistas. Paradojas de la vida, la primera mujer del actor colaboró con la policía secreta alemana en el pasado. La película fue ganadora del Óscar a la mejor película de habla no inglesa en 2007 y recibió multitud de premios en toda Europa. El guión es estupendo, escrito por el mismo director: los personajes tienen un perfil psicológico completo y complejo y van evolucionando a lo largo del film. Llega un punto en el que “lo bueno” y “lo malo” se mezclan, confundiendo al espectador que no sabe distinguir una cosa de la otra.

Creo que es admirable la capacidad que tienen los alemanes, en general, de realizar una auto-crítica. Admiten sus errores, sin miedo a “remover” el pasado, a pesar de que las heridas estén todavía abiertas por la cercanía de los hechos referidos.

A propósito de esta película, hoy, en el diario “El País”, he leído un reportaje realizado por Tereixa Constenla (http://www.elpais.com/articulo/cultura/vida/otros/version/real/elpepicul/20100428elpepicul_1/Tes) en el que se habla del II encuentro Internacional de Centro de Memoria Histórica que se está celebrando en Salamanca. ¿Y qué tiene que ver esto con la película?, os preguntaréis. En este encuentro están reunidos países como Alemania, Polonia, Rumania, todos con un pasado comunista en los que se llevaron a cabo procesos ilegales de espionaje.

En Alemania, los archivos de la Stasi están disponibles para cualquier ciudadano. Desde que se abrieron al público en 1992, más de 2.6 millones de personas los han consultado para saber si fueron espiados. Es sorprendente el dato de que en torno a 174 000 personas colaboraban con la policía comunista en el año 1989, antes de la caída del muro, pese a la firma de la RDA del Acta Final de Helsinki, que garantizaba los derechos humanos. El país germánico sirvió como referente y guía para otros países que habían vivido una situación parecida en el pasado, como es el caso de Polonia, que comenzó su proceso de recuperación de la memoria histórica bastante tarde, en el año 2000. Ese año se creó el Instituto Nacional de Memoria que promueve investigaciones penales y a día de hoy se han acusado ya a 400 personas por crímenes y torturas.

No entiendo por qué en España está habiendo tantos problemas con el proceso de recuperación de la memoria histórica. No entiendo por qué hay gente que no quiere reconocer el derecho que tiene cualquiera de saber qué ocurrió con sus antepasados muertos durante la Guerra Civil o durante el Franquismo, saber quién los asesinó, dónde fueron enterrados ( en el caso de que lo fueran) y el derecho de pedir justicia, de condenar a los culpables. Si nos comparamos con otros países europeos, en ninguno está habiendo tanto “jaleo” como en este. Será que aún no tenemos la mente lo suficientemente abierta, será que todavía hay mucho miedo, será que la gente no quiere mirar hacia atrás, sin saber que para poder construir el futuro es necesario conocer el pasado.

viernes, 23 de abril de 2010

¿Por qué los sentidos?

Nuestros cinco sentidos mandan sobre nosotros.
Tienen tanto poder que nos llevan a cometer locuras en contra de nuestra razón.
La vista y un paisaje, un libro, una película, una flor en primavera, una ciudad, un color...la búsqueda de la belleza.
El oído y esa melodía, un concierto, el susurrar del mar, música estridente de la discoteca.
El gusto y el chocolate, el regaliz, lo picante, lo dulce, lo salado, el sabor de la piel.
El olfato y esa colonia, el jazmín, los Don Pedros del verano...
El tacto y la arena de esa playa en tus pies, las caricias...

Nuestros cinco sentidos mandan sobre nosotros. Todo gira alrededor de ellos.
Por eso, quiero dedicarles este pequeño espacio en el que se hablará de esos pequeños placeres que nos hacen sentir que nos sobran los motivos para seguir viviendo.